Agua de Belleza Reina de Egipto

Unos días antes de Nochevieja andaba con una amiga paseando por la ciudad con la desesperación de querer encontrar un collar de estilo babero que hiciera especial cualquier look que tuviera ya en mi armario.

Después de pasarme toda la mañana mirando en todas las tiendas a ver si encontraba EL elemento que me trajera la inspiración para luego crear todo el look, ahora ya me estaba dedicando más a pasear por pasear y a ver si tocaba la campana.

Entramos en una tienda pequeñita, que siempre suele haber algo precioso, y los ojos me fueron directamente al lado de la caja: ¡Productos Alqvimia!

Alqvimia es una marca de alta cosmética con ingredientes ecológicos. Uno de los productos estrella, de la que tanto he leído, es Agua de Belleza Reina de Egipto, perfume del que decían que era algo diferente. Y con los ojos hipnotizados, como los del padre de Yasmin con la serpiente de Yafar, fui directa a admirar mi suerte. En San Sebastián sabía que estaba, el alguna peluquería, pero me daba mucha vergüenza entrar a la peluquería sólo para probar el perfume. Aunque tengo que admitir, que hasta había soñado con el momento. Lo que tienen las obsesiones.

En el momento del trance solté: ¡Hala, Alqvimia!

Me imagino a mi amiga mirándome con cara de que dice ésta… Jajaja! Total, que la probé y me encantó. Totalmente acorde con todo lo que había leído: 

"Inspirada en las unciones de belleza de las antiguas reinas de Egipto, esta exótica fragancia, a base de mirra e incienso, aporta una intensa sensación de fascinación, feminidad y encanto. Este penetrante perfume, gracias a las leyes de la aromaterapia, acompaña a la mujer, dándole seguridad y aumentando su autoestima. Esta agua de belleza proporciona una dulce y exótica fragancia que transporta más allá de los sentidos. Fuente de belleza eterna y seductora basada en la paz interior."

Y me empezaron a hablar el angelito y el demonio: Que sí, que me lo comprara, que estaba a muy buen precio y que era algo muy original. Y el ángel atacaba: Pero que tampoco me había dado el flechazo y además estaba muy a gusto con los perfumes que tengo y no necesitaba ninguno más.

Y le pregunte a mi amiga (gran error): ¿Qué hago? Y me contestó: Pues cómpralo, si lo vas a disfrutar más que cualquier trapito… Y pensé, pues si ella lo dice… Total que cayó.

Pero nada más salir de la tienda me entró el cargo de conciencia, porque aunque sea raro en mí, siento como si estuviera satisfecha con los perfumes que tengo, como si por fin hubiera encontrado los olores que me identifican y con los que me siento a gusto. Y de repente... brillante idea: Para mi madre de regalo. Me estaba venga a decir que quería perfume nuevo, ya que lleva toda la vida con Eau de Rochas y Ô de Lancôme, y que quería cambiar a alguna recomendación mía. Que quedé encantada con la idea porque con lo que le gusta Cuerpomente a mi madre sabía que le haría ilusión un perfume de Alqvimia.

Y le encantó. Hasta que dijo que le agobiaba. Que se lo olía demasiado. Y yo pensando: ¿Con lo acostumbrada que estás a los perfumes anteriores que ya ni te los olías no te vas a oler este? Pero bueno, que ahí lo tiene inutilizado. Y yo con un quiero y no puedo hacerlo mío.

Solución: Voy a empezar a repartir muestras a mis amigas a ver si a alguna le gusta realmente. Porque siento que es un perfume que tiene que estar con alguien que lo adore, no que se lo ponga por poner. Con alguien que realmente valore lo especial que es. Como Aitana Sánchez-Gijón, que un día contaba en alguna revista lo enganchada que estaba a este perfume.

¡Besos!



P.D.: Y si quieres más...

...de cuando hablé sobre otros perfumes navideños.
...de cuando escribí el Manifiesto por un olor diferente.
...de cuando perfumé el blog con Sacrebleu de Parfums de Nicolai.