Los jardines de los escritores

Hace unos meses descubrí una nueva marca de velas que me atrapó enseguida. La idea me pareció preciosa: velas con el olor de los jardines donde escribían grandes escritores. Totalmente cautivadora.

Fuente

De jardín a jardín, la casa Jardins d'écrivains da la vuelta al mundo, haciéndonos soñar con aquellos lugares donde se creaban esos relatos que han pasado a la historia. Empecemos:



El jardín de Karen Blixen en Nairobi, Kenia

Más conocida como Isak Dinesen y autora de la autobiográfica Memorias de Africa, llevada magistralmente al cine por Sydney Pollack. Su jardín en Nairobi huele a almizcle, ámbar y cedro.



El jardín de Stefan Zweig en Río de Janeiro, Brasil

Escritor austriaco que fue muy crítico con Alemania en la segunda guerra mundial, se suicidó en Petrópolis junto a su esposa porque creían que el nacismo invadiría todo el mundo. El jardín donde pasó sus últimos años de vida huele a sándalo, patchouli e ylang ylang.



El jardín de Colette en Saint Tropez, Francia

Novelista francesa a quien también le han dedicado un perfume los de Histoires des Parfums, que lleva el nombre de 1873, año de su nacimiento. En Saint Tropez pasó algunos de sus años más fructíferos y su jardín olía a higo, pino y jazmín.



El jardín de Victor Hugo en Guernsey, Gran Bretaña

Aunque está más cerca de Francia, Guernsey se considera territorio británico. En esta pequeña isla estuvo exiliado Hugo durante 15 años y aquí terminó de escribir Los Miserables. Su jardín olía a bergamota, jancinto e iris.



El jardín de Rudyard Kipling en Bombay, India

A pesar de que a los 6 años su padre lo mandó a Inglaterra junto con su hermana, Kipling nunca olvidó el exótico sitio del que venía y quedó reflejado en su obra más famosa, El libro de la selva. El jardín de su infancia olía a flor de loto, jengibre y limoncillo.





Continuará...




Besos!!