Un olor para mí solita

Nunca me han llamado especialmente la atención los perfumes personalizados. Siempre había pensado que tenía suficiente con todo lo que me ofrecía el mercado, el oficial y el escondido, sobre todo el escondido. Pensaba, que ya existían demasiadas maravillas, que bastante trabajo tenía en elegir entre todas ellas como para querer que me hicieran un perfume sólo para mí, que seguramente iba a ser imposible que tuviera la calidad de esencias que algunas de esas joyas.

Pero seamos sinceros, cuando uno ama una fragancia, se vuelve aún más posesiva y recelosa que con cualquier acompañante. Porque cuando sientes un olor como tuyo, sólo tuyo y de nadie más, fastidia pensar que hay mucha más gente que disfrute de él y que también es de ellos tanto como tuyo.

A mediados de verano en el blog My Wellness Lab (el día que conocí a Laura y vi su piel, juré que haría caso a todo lo que escribiera en su blog), conocí el proyecto de Pressentia, una marca española que hace perfumes personalizados. En seguida me picó la curiosidad. Sobre todo porque Laura decía que con ella habían acertado y porque por un módico precio podías responder el test de personalidad y te mandaban a casa una muestra de 10ml. con el perfume creado sólo para ti. Me lancé a responder las preguntas sobre mi manera de ser (¿Por qué nos gustará tanto siempre responder a test de personalidad?) y mis gustos perfumísticos. Reconozco que en éstos últimos intenté ser un poco puñetera y no ponérselo fácil a quien me tuviera que diseñar el olor. Quería saber si eran capaz de sorprenderme.

Antes de tres semana llego mi fragancia junto con una carta escrita especialmente para mí. En ella, se detallaban ciertos aspectos de mi personalidad en los que me encantó verme reflejada. Se puede decir que una carta así hubiera sido el fin de los días rojos de Holly Golightly, menudo subidón de autoestima que alguien que no te conoce diga cosas tan bonitas de ti. Y lo que es mejor, que haya sido un test psicológico de personalidad el que te haya puesto en ese pedestal. Como podéis ver, quedé más que encantada, hubiera merecido la pena lo que pagué sólo por la carta. Pero quedaba lo más complicado, ese olor en el que se supone que me tenía que sentir identificada.

Nada más pulverizar la fragancia en mi mano, se me dibujó una pícara sonrisa en la cara. No porque sentí un flechazo irremediable por aquel olor, sino porque realmente habían conseguido sorprenderme. Creerme que soy más fácil de enamorar que de sorprender, y más hablando de perfumes. Aquel olor mío, no se parecía a nada que hubiera olido antes, tenía carácter pero a la vez era suave y agradable. En seguida reconocí una fuerte aparición de iris, una de las notas olfativas que más me ha solido incomodar. Pero esta vez era diferente, mi iris sí que me gustaba, me hacía sentir bien y reconfortada. Y cada vez más contenta con mi olor, me lancé a descubrir su pirámide olfativa:

"En los primero acordes del perfume se distinguen las notas cítricas de la naranja salvaje, matizadas por la frescura del neroli y el aroma verde de las hojas de tomate. Tras ellas se revela un corazón suavemente floral, en el que la fragancia de la orquídea se funde con el aroma seco y misterioso del iris. En la base, la armonía entre el almizcle y las maderas preciosas evoca un espíritu sereno y elegante.

El resultado es un perfume muy singular, limpio intenso y sofisticado."

Puede que no sea la fragancia de mi vida y puede que tampoco desbanque de su podium a mis perfumes imprescindibles, pero es justo lo que buscaba: un aroma original y diferente. Que además tal y como pedí, es perfecta para cualquier ocasión (igual que lo son las más difíciles de crear).

Y lo mejor de todo, un olor que nadie más llevará, un olor para mí solita.


Besos!