El cuero de S

martes, 2 de diciembre de 2014 2 comentarios

Hoy os voy a hablar de mi amiga S.

No es la primera vez que se asoma al blog, ya lo hizo en la presentación oficial de mi cuadrilla junto al resto de las integrantes (aquí) y también fue una corresponsal de lujo en una de sus primeras visitas a Colonia (aquí). Mitad por trabajo y mitad por amor, las visitas a Colonia se volvieron en una estancia permanente hace ya demasiado tiempo, dejando un hueco muy notable entre las demás. Ella dice que nos hecha mucho de menos y seguro que piensa que aquí entre unas y otras tampoco nos enteramos mucho de que falta ella, pero no tiene ni idea del vacío que tenemos.

Con esto de los WhatApps de grupo, lo cierto es que es una más comentando el día a día y solemos hablar de vez en cuando por ese gran invento llamado Viber, pero curiosamente, en vez de en los grandes momentos, yo la necesito más un día cualquiera para tomar un café o ver una película juntas y reírnos con ganas de cada guantazo de Archie.

Hace unos días, bien entrada la noche, me escribió diciendo que había tenido un día regulín y que había decidido perfumarse para ir a dormir. "¿Has escrito alguna vez sobre mi perfume en el blog?" me preguntó. "No. Pero ten por seguro que lo haré con mucho gusto."

S, siempre fue una persona que cambiaba mucho de perfume, pero a mí me daba envidia cómo todos aquellos olores olían a ella. Los hacía suyos en tiempo record, dejando claro que eso de que te recuerden por un olor es más cuestión de actitud que de constancia. Luego se enamoró de Ninfeo Mio de Annick Goutal, justo en aquella época de mudanza y cambio. Fue el regalo con el que la mandamos para allí, para que su Alemania fuera una poco más soleada con ese olor a cítricos, higuera y maderas.

Pero creo que fue justo hace un año, en las anteriores vacaciones Navideñas, cuando en una visita a la Perfumería Urbieta con su madre, salió con un frasco de Irish Leather de Memo.


A mí me sorprendió su giro radical perfumístico, supongo que fue fiel reflejo a la madurez que estamos alcanzando mientras van pasando los años. Ella, que siempre fue tan de olores frutales y chispeantes, se había lanzado a por un cuero verde, fresco y cálido al mismo tiempo, con notas de bayas de enebro, mate, haba tonca y ámbar. Ahora, cuanto más pienso, más cosas en común encuentro entre ese caballo a galope por los campos irlandeses y nuestra valiente y aventurera S. Diría que los dos tienen las mismas ansias de libertad y de comerse el mundo.

Poco queda de aquella S que se perfumaba con Contradition de Calvin Klein, igual que poco queda que de aquella Maia que tenía suficiente con el CK One. Qué tiempos y qué recuerdos. O puede que en el fondo sigamos siendo las mismas. Un poco más viejas y un poco más maduras, que el tiempo tampoco ha pasado en balde.



¡Besos!

2 comentarios:

  • Anónimo dijo...

    Me ha encantado encontrarme con un blog de otra apasionada del perfume! Es un placer leerte.

    ¿Qué opinión tienes sobre los perfumes de Profumum Roma?

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