¿Lo nicho está muerto?

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Vayamos por partes.

Hace unas semanas se supo la noticia de que Estée Lauder (la gran multinacional de belleza que cuenta es su haber con marcas como la propia Estée Lauder, Clinique, MAC, Bobby Brown, La Mer, Origins, Jo Malone, Aveda, Darphin, Tommy Hilfiger, Michael Kors, GoodSkin Labs, SmashBox...) había comprado Le Labo, la marca nicho que se creó en 2006 en New York. No es una firma que conozca a fondo, apenas la olí en mi visita a Chicago, pero tenía muy buena pinta y me dio mucha pena que fuera comprada. Aún y todo, era como cuando una desgracia te pilla lejos y no te afecta.

El viernes en cambio, saltó otra noticia algo más preocupante: Estée Lauder compraba Editions de Parfums de Frederic Malle. Se acabó lo que se daba. Me vuelvo drama queen.

Creo que me dolió más que cuando de pequeña me enteré que los Reyes eran los padres. Todas mis creencias y mi filosofía nicho tiradas por la borda en la que habrá sido una transacción multimillonaria. Y no sé por dónde empezar a a analizarlo. Si es que realmente no es una total frivolidad preocuparse tanto por algo así. Pero habrá que hablar del tema.

Si me lo permitís, empezaré muy egocéntricamente hablando de lo que a mí me afecta, e iré ampliando los círculos concéntricos.

Por mucho que yo lo intente guardar en secreto, creo que es sabido por casi todos que uno de los perfumes de Frederic Malle es el más preciado de mis olores. Hace tiempo que dejé de decir su nombre pero hurgando en este blog no es difícil encontrarlo. Juntos llevamos una apasionada relación de seis años, y justo ahora, me estaba planteando si no sería el amor de mi vida. Algo prematuro, lo sé, pero el amor es lo que tiene. Menos mal que no tenemos que poner hipoteca de por medio.

Mi olor, por muy espectacular que me parezca a mí, no debe de ser uno de los más vendidos de la firma. Lo que hasta ahora era una ventaja, me sentía aún más especial por ser una de esas pocas que lo entiende y lo adora, se ha vuelto un posible hándicap insalvable. Ya se sabe que las grandes marcas retiran todo aquello que no se venda como churros. Ya me estoy viendo rompiendo mi hucha de ahorros, comprando todos los frascos que pueda y criogenizándolos para utilizarlos a lo largo de mi vida. Drama queen, estabais avisados.

Pero lo que realmente me preocupa es que Editions de Parfums de Frederic Malle era un ejemplo a seguir. Algo ostentoso, pero un ejemplo al fin y al cabo. Se creó con la idea de valorar todo lo que el mercado comercial había corrompido: La figura del perfumista, las ideas innovadoras, los olores originales que no son para todos lo públicos, el mimo y el tiempo que se necesitan para dar a luz a un perfume de calidad... ¿Dónde queda toda esa filosofía si ahora está en manos de lo que a priori se criticaba?

El hecho de que la gran multinacional haya comprado dos de las marcas nicho de más calidad del mercado, me hace creer, ilusa de mí, que puede que haya luz a final de túnel. Me explico. Supongo que en Estée Lauder no serán tontos y sabrán el por qué del auge del mercado nicho. Se habrán dado cuenta que los clientes exigen algo más que calidad, exigen esa filosofía utópica de la que hablaba antes. El pensar que lo romántico no ha muerto, que aún hay gente que además de productos de calidad quiere las cosas bien hechas. Quiero creer que en Estée Lauder sabrán que si a marcas como Frederic Malle o Le Labo les quitas sus principios (los que les pueden quedar después de venderse), no son más que marcas de calidad al uso con clientes pero sin séquito. Por lo que intentarán no prostituirlas demasiado para no perder su magia. Quiero pensar que son conscientes de esto y que el hecho de adquirir estas firmas haya sido con la idea de crear una vertiente con una filosofía diferente dentro de la gran multinacional. Quiero creer.

Tampoco penséis que éstas son las primeras que se venden. Nombres como Penhaligon's, L'Artisan Parfumeur o Diptyque son partes de empresas matrices más grandes, pero es verdad que han seguido haciendo las cosas bastante bien. Será que aún hay esperanza.

Justo la semana pasada, Greta me mandaba unas preguntas para un artículo que estaba escribiendo sobre perfumes y me decía si el hecho de que las marcas nicho fueran cada vez más conocidas no hacía que perdieran su encanto. A mí en momentos así me sale un suspiro profundo. Porque es verdad que puede que pierdan encanto, ese encanto misterioso que nos enganchó en un principio. Y yo me callo porque aquí estoy dándolo todo por difundir sus maravillas. Por suerte creo que aún están lejos de masificarse y lo que es aún más esperanzador, cada vez es más amplio. Supongo que habrá llegado el momento de emprender una búsqueda algo más subterránea, buscando esas marcas utópicas más pequeñas que calmen nuestra sed de romance.


¿Habrá muerto lo nicho?

Al menos fue bonito mientras duró.



¡Besos!